lunes, 2 de agosto de 2010

ENGUSANADA

Te veo y ni te recuerdo...es como la presión de las hormigas en tus dedos, pero es la presión de las entrañas recordando que hace años no estás. Te veo y ni te recuerdo, pude ver como se colaba un cigarrillo de tu bolsillo y llego hasta tu boca, en realidad ya ni tu carta guarda el perfume, ya ni mis líneas recuerdan ...tu rostro desfigurado por la ciudad escandalosa que pide limosna al corazón.

Potosinos regalando madejas de hierbas, un cigarrillo más y los curiosos seminaristas que se arremangaban la zotana por el calor que les producía observar nuestro cálido beso, nuestro abrazo asoleado, y lo chamuscado de nuestros espíritus en la que sería nuestra última noche.

Robandole horas vitales a la luna, le claman mis lágrimas no correr más, que no levantara la marea y se llevara entre las olas de su hermana tu cuerpo que por fin ya era mio, y yo ironicamente tuya desde hacía más de dos años.

No había tomado tanto cerveza en días como lo hice contigo, no había mordido tantos limones apaciguando el nudo en la graganta como en esa noche, como en esos días.
Llamar a mi ciudad rara, llamar a tu mujer a su casa, pasar horas ...

Ya todo suena repetitivo, tus gestos, y tu atrabancada manera de besar ya no están. sigo soñando en verte un día, volar a tu ciudad. Quizá yo sea la única a la que aún se le entrecorta la respiración al leerte.

Engusanada aún me encuentro de ti, caracolada y espirada me recuerdan aún a ti.
Escribe y dime lo que escribes, fotografía y dejame ver tu visión. No me hables yo sigo con tu pedazo de pan

1 comentario:

maria dijo...

que bonito escribes oye
:)